Investigadores en EE UU han expuesto un procedimiento que posibilita mostrar los componentes calificados para transformar el agua en combustible. Es un logro que podría adelantar el reemplazo del petróleo, carbón y demás combustibles por combustibles solares accesibles.
Dichos “combustibles solares” tienen buen augurio. Se componen por materiales capaces de tomar y acumular la energía solar en sus nexos químicos y emplearla cuando sea requerido.
Recientemente, investigadores de EE UU han replicado la cantidad de materiales que logran hacer esta función, Lo han logrado desarrollando un procedimiento de apresurar el reemplazo del carbón, el petróleo y otros combustibles por otros combustibles solares.
Luz solar, gran aliado del combustible
Los combustibles solares se componen a partir de la luz solar, agua y dióxido de carbono. Hoy día los expertos, están estudiando otros probables combustibles que van desde el gas hidrógeno hasta los hidrocarburos líquidos. Elaborar alguno de estos combustibles implica la división del agua.
Una molécula de agua combina tres átomos, uno de oxígeno y dos de hidrógeno. Al momento de fabricar los combustibles solares, se separan los átomos de hidrógeno, después se juntan, dando lugar a hidrógeno muy inflamable.
En el mismo orden de ideas, también se pueden conjuntar con CO2 y así se obtiene combustible hidrocarbonatado. De esta forma se logra una fuente de energía cuantiosa y renovable.
El obstáculo se presenta porque las moléculas de agua no se quiebran sólo por efectos del sol, requieren de la asistencia de un acelerador de energía solar.
Los fotoánodos participan en este proceso ya que son eficaces al dividir el agua empleando la luz como fuente energética.
En los últimos 40 años, los investigadores han conseguido reconocer 16 de estos componentes fotoànodos. Otro equipo, del Berkeley Lab, han descubierto 12 nuevos fotoànodos de gran expectativa, en menos tiempo, lo que supone grandes avances en este respecto.
