Bóveda del Fin del Mundo: el búnquer helado de Noruega ya no es tan inmortal

La Bóveda del Fin del Mundo resguarda 864.000 semillas de diferentes tipos
La Bóveda del Fin del Mundo resguarda 864.000 semillas de diferentes tipos

La Bóveda del Fin del Mundo, el Búnquer Helado o también conocida como El Arca del siglo XXI, sufrió hace unos días una pequeña inundación por las últimas y tan altas temperaturas que han venido experimentando.

El descenso en la temperatura del Ártico hizo que se generara una inundación en la cueva. Lo que produjo que varios se pusieran las manos en la cabeza.

Las semillas

La Bóvedad del Fin del Mundo es una cueva con más de cien metros. Posee una capa congelada que la hace inmortal. Ni el sol, ni el agua, ni la radiación, ni un terremoto, ni ningún otra manifestación climática o humana pueden destruirla o al menos eso se pensaba.

Por eso este monumento noruego fue ideal para pensar en la salvación de los humanos si llegase a ocurrir un desastre global.

En su interior resguarda unas 864.000 muestras de semillas de diferentes tipos. Posee una capacidad de almacenar 4,5 millones de muestras.

Países como Estados Unidos, Costa Rica, India, Pakistán, Líbano, Marruecos, Holanda, México, Bosnia y Herzegovina, Belarus y Gran Bretaña contribuyen en este proyecto.

El gobierno noruego le invierte mensualmente para su preservación y mantenimiento unos 300 mil dólares mensuales.

Cambio climático y la Bóveda del Fin del Mundo

Bien es cierto que los cambios climáticos que se experimentan en diferentes partes del mundo son un fenómeno.

La inundación sufrida no llegó a tocar las semillas. El agua se congeló antes de llegar al área. Sin embargo el gobierno noruego ordenó tomar precauciones e hicieron una gran capa que le sirve de protección.

De acuerdo a información actual la Bóveda del Fin del Mundo había sido diseñada para «sobrevivir», pero la reciente inundación ha puesto en tela juicio todo lo que en 2008 se le dijo al mundo, tras su inauguración.

De igual manera la noticia solo ha representado una sorpresa para todos. El mismo encargado del Banco de Semillas afirmó que «se supone que esto iba a durar una eternidad».

Los cambios climáticos están siendo dramáticos y, actualmente, el Ártico y la ciudad de Svalbard se derriten con mayor rapidez. Esto ha originado que se coloque una supervisión las 24 horas del día en la cueva.