Los cables de cobre han sido la fuente de comunicación desde hace ya bastante tiempo; sin embargo, ahora la fibra óptica toma el control al presentar mayores beneficios. Algo que a muchos causa curiosidad es su fabricación; y es que se ha vuelto algo tan cotidiano que su funcionamiento llama la atención de muchos. Uno de los detalles más importantes en la fabricación de la fibra óptica es el nivel de precisión que se requiere. La mayor ventaja que presenta la fibra óptica con respecto a los cables de cobre, es la alta velocidad de transferencia de información. Pero para minimizar las pérdidas de datos es necesario que los filamentos de vidrio, del grosor de un cabello, sean lo más puro posible.
Proceso de fabricación de la fibra óptica
Estas razones, colocan a la fabricación de cables de fibra óptica en la cúpula de los procesos de alta tecnología. La fabricación de fibra óptica comienza con cilindros de vidrio que son huecos. Luego e sumergen en ácido fluorhídrico para poder limpiar totalmente su superficie e interior. Esto se realiza con la finalidad de dar la pureza requerida. Después, con ayuda de tornos los tubos giran y se calientan, con lo que se llega a fundir sus extremos, para así poder fusionar con precisión varios cilindros, para obtener la longitud adecuada.
En el momento en que se realiza este proceso de calentado o fundición, también se agregan compuestos químicos importantes como el sílice. Este proceso hará que se sedimente una especie de polvo blanco que funcionará como núcleo en la fibra óptica. Continuando con el calentamiento, comienza a tomar forma de cilindro alargado que fusionará al vidrio.
A partir de aquí la fabricación se torna más delicada; ya que hay que estirar el cilindro y adelgazarlo hasta unas 125 micras por medio de aún más calor. Al obtener la forma y grosor deseado, se procede a protegerle con una capa acrílica. Y luego se introduce en un cable. Así ya estaría lista nuestra fibra óptica; una de las maravillas de la ingeniería.