Casi medio planeta está intentando perder peso, sea ejercitándose o haciendo dieta. Al quemar más calorías de las que consumes, tu cuerpo ha de proveerse de grasa de tu reserva, para tener energía.
De esta manera es como las personas queman tejido adiposo y pierden peso. Tu cuerpo elimina grasa a través de la oxidación de las moléculas que contienen los triglicéridos que surten las células de grasa.
Grasa quemada igual a dióxido de carbono y agua
Conforme a un informe de 2014, gran parte de tejido adiposo quemado se transforma en agua y dióxido de carbono. El procedimiento de quemar 10 kilos de grasa provocará 28 kilos de dióxido de carbono.
Asombrosamente, 84% de la grasa quemada se transforma en dióxido de carbono, y el 16% en agua. El agua que se conforma se expulsa por la orina, heces, sudor, aliento,
Apreciando los altos índices de sobrepeso y obesidad y la gran inclinación al asunto, existe un gran desconocimiento y errores acerca del proceso metabólico de pérdida de peso, desde personas en general hasta personal de salud.
Muchas personas, como médicos, nutricionistas y entrenadores piensan que el tejido graso se transforma en energía o calor. Esto quebranta la ley de conservación de la masa, o que la grasa se vuelve músculo.
Partiendo de cuánto tiempo y esfuerzo se emplea en la pérdida de peso anualmente, es conveniente saber que sucede realmente.
Es trascendente saber que simplemente expulsar mas aire te ayudará a bajar de peso, nada que ver. Sólo respirar no funciona para quemar tejido adiposo la única forma consciente para subir la cantidad de dióxido de carbono que produce tu organismo es moviendo los músculos.
Respirar más de lo necesario puede causarte hiperventilación, lo que te desencadenará un desmayo o mareo. Entretanto, exhalas todo el peso que pierdes, es decir, el órgano excretor de tejido adiposo por excelencia son los pulmones.
