La ingeniería genética es una rama de la biología que se encarga de estudiar el ADN a nivel de los genes y de los cromosomas. El objetivo de estos estudios es lograr maniobrar con los genes y crear características genéticas nuevas.
Se han logrado realizar grandes avances en medicina, gracias a esta ciencia, farmacología y biología (biotecnología) entre otros campos.
Aplicaciones de la Ingeniería Genética
En la medicina, las técnicas de manipulación genética y de los cromosomas han permitido optimizar ciertos procedimientos médicos. Es el caso de la terapia génica en la cual se implantan copias de genes con el propósito de tratar una enfermedad. Determinación de la huella genética de la persona.
En el campo de la farmacología, la primordial aplicación es la creación de hormonas humanas (como insulina para los diabéticos, la hormona del crecimiento para los pacientes con trastornos del crecimiento), proteínas (el factor VIII de la coagulación para los hemofílicos) y de vacunas de forma industrial. Invención de microorganismos modificados genéticamente para la elaboración de fármacos u otros productos, entre otros.
Gracias a la ingeniería genética, quizá se consiga próximamente modificar algunas anomalías de los genes humanos. Sin embargo, actualmente los problemas son cuantiosos, tanto en el plano técnico como ético.
Hasta ahora se ha utilizado la ingeniería genética para producir, entre otras aplicaciones: Vacunas, contra la hepatitis B. Enzimas para disolver manchas, mayormente por medio de microorganismos recombinantes (transgénicos) que crecen en biorreactores.
Enzimas en la industria alimenticia, como las empleadas en la elaboración de queso, y la obtención de jugos de frutas.
Así mismo entre los avances, está el perfeccionamiento del rendimiento. Así como hasta ahora, se han trasladado a los tomates genes de peces para que resistan mejor a las bajas temperaturas del invierno. A los seres humanos podría aplicarse la misma técnica. Esto podría ayudar al rendimiento tanto físico como mental de las personas.