En considerables ocasiones hemos oído hablar acerca de las hormigas. Estos son unos animales magníficos. Sin embargo, raras veces nos detenemos para observarlas con detenimiento. A menos que estén acometiendo en nuestra casa y en los alimentos, o seas un entomólogo.
Cabe destacar que son animales insuperables, pequeños pero capacitados para realizar grandes cosas. Con su complicada conducta, suelen tener varias similitudes con los humanos.
Estas similitudes abarcan desde reunirse para crear un camino por donde puedan transitar todas, hasta poner en peligro su vida por proteger a su colonia.
Las hormigas tienen algunas características que las diferencian unas con otras según su comportamiento
Las hormigas que tejen. Anidan en varias zonas de África, India, sur y este de Asia y Australia. Cimentan sus nidos en lo alto de los árboles. Esto lo logran entrelazando ligados de hojuelas y ramas con un material que es producido por las larvas.
Se reúnen en montones, y conforme unas soportan los materiales, otras van tejiendo. Creando así hogares solitarios y con mucha seguridad.
Por otra parte, están las mieleras. Estas no se preocupan, siempre que las obreras laboren. Las mieleras no hacen nada, solo vaguear, reposar y consumir todas las provisiones dulces que logren obtener las obreras.
La cuestión esta, en que cuando aparece la aridez, las obreras no recogen alimentos. Para ese momento, las mieleras están infladas y deben vomitar todo lo que han consumido para nutrir a la colonia.
Transformándose si se quiere, en una reserva viviente. Internamente en las colonias alcanzan a vivir unas mil quinientas mieleras, y consiguen almacenar en su interior hasta un kilo de manjar de dulce.
Así mismo, están las hormigas que se valen de otras especies. Este mutualismo no es primicia entre estos animalitos.
Las hormigas se sirven más de estas simbiosis en comparación a otros animales. Estas acostumbran picar a los insectos con alas, le inhiben las alas para que no logren marcharse lejos. De este modo los conservan cerca y se nutren de las sustancias dulces que segregan.
Por tanto, este mutualismo que establecen las hormigas al menos con los áfidos es poco neutral.