Suena bastante surrealista e increíble, pero parece que es cierto. Un estudio muy reciente hecho en la ciudad de Tel-Aviv, plantea la posibilidad de que las plantas pueden escuchar los sonidos. Un hecho sorprendente, y que pareciera no tener sentido. Como sea, es real. Y tiene incluso su propia utilidad.
Como todo en esta vida, la evolución de las especies (sea cual sea), siempre viene de la mano de una necesidad. Con el paso de los siglos, la necesidad transforma las características morfológicas para que pueda ser suplida. Así es como muchas especies de antes han evolucionado a otras diferentes, para adaptarse al ambiente. Las plantas también.
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Las plantas pueden escuchar las ondas de sonido en su entorno
Según el estudio, las plantas pueden captar determinadas fuentes de sonido y reaccionar en función a las mismas. Algunos animales entran dentro de la lista de percusiones que son capaces de percibir. Esto por supuesto con una razón en específico. Y directamente relacionado además, con los insectos que más se involucran con ellas: las abejas.
Para determinarlo, los expertos sometieron a 650 flores de prímula ante diferentes frecuencias de sonido (altas, medias y también bajas), así como también a otros ruidos; concretamente, al zumbido de las abejas. De la misma forma las pusieron en silencio. Al mismo tiempo, evaluaron los niveles de producción de néctar en respuesta a los mismos.
Luego de observarlo, concluyeron que ciertos sonidos aumentaban la producción del néctar de las plantas. Con solo minutos de escuchar el zumbido de las abejas y los sonidos de frecuencia baja, su tasa subió en un 20% neto. El resto de sonidos no generó efecto alguno en la actividad de ellas.
Según los científicos, son a través de los pétalos que las plantas logran “escuchar”. Pues, cuando probaron retirando estas partes de su anatomía, se dieron cuenta de que ya no eran capaces de reaccionar ante el sonido.
El proceso de cómo traducen las ondas de sonido en una actividad física, aún no se halla descrito. Sin embargo, es cuestión de tiempo para que averigüemos cómo las plantas pueden hacer esto. Ya es un progreso lo que sabemos.
Fuente: Biorxiv
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