Aunque hay millones de años de evolución entre los humanos y las levaduras, incluida la usada al hacer pan. Muchos genes de un predecesor que tienen en común el ser humano y las levaduras, permanecen entre nosotros y las mismas.
Cepas y levadura: origen casi humano
Unos investigadores realizaron una comprobación contundente al respecto, crearon cepas de levadura modificada genéticamente, aptas para desarrollarse empleando genes humanos. Dicha comprobación consiste en insertar un gen humano en la levadura y desactivando el gen propio de la levadura.
De esta manera se da paso a la creación de una levadura “humanizada”, que podría ser de gran ayuda, como herramienta útil en el campo medicinal.
En la Universidad de Texas, Austin, EE UU, mediante experimentos señalaron que determinados grupos de genes son invariables en el tiempo evolutivo. A su vez crean la expectativa del uso de la levadura para comprender los misterios de los trastornos genéticos.
Así como también realizar ensayos con nuevos medicamentos para tratar medicamente ciertas enfermedades que afligen al humano.
En la levadura el individuo es una única célula, en cada humano hay billones de células estructuradas complejamente. Compartimos miles de genes iguales con las levaduras, de los cuales 450 son fundamentales para la longevidad de levadura.
Entretanto, los investigadores en sus ensayos excluyeron la versión característica de la levadura de cada uno de los 450 genes. Por consiguiente, la sustituyeron por la versión humana, esperaron expectantes si la levadura sobrevivía.
Concibiendo cientos de cepas nuevas de levadura, con un gen humano cada una, logrando así muchas cepas rectificadas. Adecuadas para sobrevivir y reproducirse luego de intercambiar sus genes por otros provenientes de humanos.
Las células que pueden ser humanas o de levadura, emplean un importante cúmulo común de porciones. A su vez, dichas porciones luego de millones de años evolucionando en forma libre, son sustituibles, como quedó demostrado.