Probablemente casi todo el mundo sabe que son las tarjetas biométricas. A fines de identificar las personas, la mayoría de estas tarjetas contienen algunos detalles básicos como nombre, una fotografía de la cara de la persona y un número de referencia que permite que la tarjeta coincida con un registro central en poder del emisor de la tarjeta. Algunas de las tarjetas más sofisticadas también contienen tiras magnéticas o códigos de barras que se pueden utilizar con otras máquinas para desbloquear las puertas para que la tarjeta actúa como una clave.
Sin embargo, el sector bancario ha decido abrirse a estas nuevas tecnologías. Las tarjetas de débito y de crédito se han convertido en una parte integral de la vida moderna. Incluso a pesar de que algunos de nosotros ya estamos utilizando servicios de pago tales como Apple, la mayoría de las personas siguen utilizando las tarjetas de plástico para pagar en las tiendas y retirar efectivo de los cajeros automáticos. MasterCard decidió que la tecnología existente se puede mejorar un poco. Por esa razón añadió un sensor de tarjetas para la lectura de las huellas dactilares. Estas nuevas tarjetas biométricas prometen revolucionar el mercado.
Las tarjetas biométricas no implican un retroceso en los sistemas de pago
El significado de esta innovación es muy útil en realidad. Resulta ser análogo al sistema de pago de Apple, sólo para pasar por alto el mòvil. Cuando se tiene una gran cantidad de tarjetas, no siempre es conveniente mantener los números de PIN en su memoria, porque no todos los bancos permiten a los usuarios cargar con su propio código para la tarjeta. A diferencia, una huella digital está siempre a su lado. Basta con poner e puso un dedo en el mapa que sale en la terminal de la tienda, y la compra queda almacenada. Los datos sobre la copia impresa se guardan dentro de la tarjeta de chip EMV.
Por el momento, las tarjetas biométricas son probadas en Sudáfrica. Si el experimento tiene éxito, a finales de 2017 dichas tarjetas con sensor incorporado aparecerán en el resto del mundo. Sin embargo, no se ha demostrado que los bancos estén apresurando a utilizar las nuevas tecnologías. Por tal motivo, es probable que tenga algo de tiempo para esperar.