Mercurio es uno de los planetas más fascinantes del Sistema Solar. Lo es porque es uno de los que ha sido menos explorados por su complejidad. Resulta que hay zonas donde las temperaturas son más altas que un horno: 450°C. También existen otras tan frías que lo hace inhabitable, -180°C.
Estas son las razones por las cuales son pocas las misiones que se han adentrado a este planeta rocoso. La misión BepiColombo está compuesta por dos sondas de la Agencia Espacial Europea (ESA) y la Agencia Japonesa de Exploración Aeroespacial (JAXA). Es la tercera misión que viaja después Mariner 10 y MESSENGER.
La misión salió el 20 de octubre en el cohete Ariane 5, lanzado desde la Guyana Francesa. Se trata de un viaje de siete años con un recorrido de nueve mil millones de kilómetros. Las dos sondas, una japonesa y otra eurpoea, transportarán 16 instrumentos para ejecutar la investigación.
Lo que se sabe sobre Mercurio
Mercurio es un planeta pequeño si se compara con la Tierra. Apenas mide 4.879 kilómetros mientras que el nuestro 12.756 kilómetros. Además es el más rocoso del Sistema Solar. Su interior está congelado y por eso es que no tiene placas tectónicas que se muevan, como si ocurre en la Tierra. Está marcada por millones de cicatrices, que han sido dejadas por el impacto de meteoritos.
El plano de su órbita eclíptica está desviado unos cinco grados con respecto al plano de órbita de otros planetas y gira más rápido al rededor del Sol. Es por esto que sus años duran 88 días terrestres. Un dato curioso: un día en Mercurio significan 59 en la tierra.
Al igual que la Tierra, Mercurio también tiene un campo magnético; lo genera un núcleo líquido. Pero en vista de su tamaño, este debió solidificarse hace años así como ocurrió con Marte. Sobre esto no hay mucho escrito. Científicos tienen la creencia de que existe una partícula encargada de mantener la liquidez.
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Lo cierto es que las dos sondas estudiarán la composición y la estructura a través de su gravedad. Se esperan respuestas sobre por qué el núcleo de este planeta es distinto a los demás si se formaron en el mismo lugar.
Lo que también se busca estudiar
A Mercurio lo separan 58 millones de kilómetros del Sol. Por eso es que es el más cercano al astro rey. Esta proximidad lo hace recibir más cerca los vientos solares. Los vientos solares son un flujo de partículas ionizadas que se mueven a más de 500 kilómetros por segundo, refiere Bousquet.
A través de las sondas, los investigadores podrán medir el impacto del viento que es 10 veces más fuerte que los que recibe la Tierra. Las investigaciones permitirían, además, confirmar la presencia de hielo y esto les permitiría a su vez tener un bosquejo sobre la creación del Sistema Solar.
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