Nos encontramos viviendo una ola de calor en Europa que quedará para la historia. A nadie le pasa desapercibido estas temperaturas extremas a las que hemos llegado durante este verano. Con solo tener la noticia de que el pasado mes de junio se considera el más caliente de todos los registrados en la historia del continente, podemos hacernos una idea clara de lo que nos espera hasta que la estación finalice.
España no se queda apartada de esta realidad. De hecho, es una de las más afectadas, encontrando temperaturas que no bajan de los 38°C y ponen en riesgo la vida del ciudadano susceptible a los cambios extremos del clima. Sobre todo a los ancianos y a los niños.
La ola de calor también se estaciona en Madrid, ciudad alerta ante la probabilidad de experimentar los 40°C en lo que queda del verano; mientras que otros lados de España menos favorecidos ya han pasado por ello y tenido víctimas fatales.
Puedes leer: Imágenes de un átomo que sorprenden
La ola de calor en Europa cobra vidas, produce incendios y pone de cabeza a los hospitales
Desde BBC News la noticia de dos personas fallecidas a causa de las altas temperaturas en España nos demuestra lo terrible que está siendo la ola de calor que estremece a Europa. Se cuenta a un chico de 17 años que sufrió convulsiones por un golpe de calor en Andalucía mientras hacía labores en el campo.
En Valladolid tampoco tuvieron suerte, con el fallecimiento de un anciano de 93 años por la misma causa, en plena ciudad. Mientras que un hombre de 45 años en Murcia lucha por sobrevivir en cuidados intensivos tras exponerse al imponente clima en plena jornada de trabajo.
La naturaleza es otra víctima; en Cataluña tuvieron que enfrentarse a un incendio forestal hace un par de días. Varias zonas del país también se encuentran en alerta ante la posibilidad de sufrir algo similar. La contaminación se acentúa gracias al calor, y afecta diferentes ciudades modernas.
Esta ola de calor que también asola Madrid puso en evidencia algunas falencias en materia de salud y servicios hospitalarios de la zona. Varios centros médicos enfrentaron la cruda realidad de no contar con suficientes sistemas de refrigeración para paliar la situación.
En el hospital Ramón y Cajal, algunos trabajadores se quejan de tener que trabajar en condiciones acaloradas e inadecuadas por la falta de potencia en los sistemas de aire acondicionado.
Las salas de urgencia del hospital Gregorio Marañón, por otro lado, se llenaron ante una situación que a muchos les produce inmenso malestar. El lugar parece haber cerrado el mes de junio con un gran número de hospitalizaciones. La mayoría, pacientes de la tercera edad aquejados por los efectos de temperaturas altas a las que no están habituados.
Te puede interesar: Granizo en México: así quedó la ciudad de Guadalajara bajo el hielo
Europa ha tenido veranos extremos en los últimos 15 años
La situación podría considerarse circunstancial, de no ser porque en realidad, es algo que se está convirtiendo en el pan de cada verano. Desde hace poco más de una década, el cambio climático y las variaciones en las estaciones, exponen al continente europeo a ambientes de los que sus pobladores no salen bien parados.
En el año 2003, Francia vivió una ola de calor letal para más de 15.000 personas con temperaturas extremas superiores que llegaron a los 44,1 grados. Por el tiempo que duró y las bajas que quedaron a su paso, se considera la ola de calor en Europa con mayor intensidad; ahora los expertos temen que se vaya a repetir o sea superado, cosa que, lamentablemente, ya está sucediendo.
El 2016 se cuenta de la misma forma entre los veranos más fuertes que haya visto el hombre. El pasado también, y ahora en pleno 2019 comienzan a superarse las cifras. Un récord que quedará para la historia será la máxima temperatura alcanzada en Francia en Gallargues les Montueux, pueblo cercano a Montpellier y que censó 45,9°C el pasado 28 de junio.
¿Tiene esto que ver con el cambio climático?
La respuesta es sí. Los análisis de algunos expertos vaticinaban desde hace algunos años un escenario como el que vivimos ahora; todo a causa de la constante emisión de gases de efecto invernadero y los efectos que tiene con el clima.
Los vientos que se producen en la Antártida son menos gélidos de lo necesario para paliar aquellos que provienen de zonas del mundo calientes por naturaleza. La ola de calor en Europa y Madrid tiene su origen en la masa de aire proveniente de África, con un desbalance obvio en los vientos mundiales que favorece sus altas temperaturas; de ahí deriva la actual temporada ardiente y despiadada.
Aquello previsto para el año 2050 como si fuese el fin del mundo comienza a hacerse patente en estos tiempos tempranos. ¿Recuerdan que mencionamos que para ese momento, habría temporadas de calor incompatibles para la vida por vario días en algunos lugares del mundo? Pues parece que por ahí se están encaminando los veranos. Esta ola de calor en Europa no se puede considerar un hecho aislado.
¿Podremos evitar que los siguientes veranos sean igual de infernales, o estaremos destinados a vivir temporadas mucho más calientes que las de ahora?
También te puede interesar: