El paracaidismo es una actividad física fascinante; si tomamos en cuenta que el ser humano no utiliza ni más ni menos que su cuerpo para volar: los brazos y las piernas son las alas, y nuestro peso es el motor.
Según el libro de Guinness Récords mundiales; es el deporte no mecánico que provee la mayor velocidad a un individuo. No hay ninguna otra disciplina que se le compare, al menos en lo que se refiere a velocidad.
Basta con tener al menos dieciséis años, unas condiciones físicas normales (es decir, no sufrir padecimientos serios del corazón o de la espalda) y un montón de ganas de volar, o como se dice en términos científicos: tener los cojones.
Aunque para su práctica se utilizan diferentes tipos de paracaídas, las técnicas de descenso son casi siempre las mismas.
Generalmente; el que utilizan los principiantes, es el conocido paracaídas redondo con dos huecos en forma de “L” en la pared posterior.
Cuando el aire pasa por lo huecos, produce un empuje hacia adelante que permite al paracaidista dirigirse al lugar de aterrizaje; de lo contrario, sería arrastrado por el viento.
Paracaidismo, medidas de seguridad
Primero que todo se comprueba la fuerza del viento (si sopla a treinta nudos) se suspende el salto. Por otro lado; también es importante analizar las condiciones meteorológicas (en caso de lluvia, los paracaidistas deben permanecer en tierra).
Para la mayoría de los saltos se utiliza una avioneta de tres plazas; pero si se trata de un grupo numeroso de personas, se usa un avión con la capacidad adecuada.
Cuando la aeronave llega a la altura elegida, primero se arroja un paracaidista experto, quien se encarga de medir el tiempo de caída libre; es decir, a qué altura aproximada se deben abrir los paracaídas.
Dato curioso
A raíz de los eventos del once de septiembre en Estados Unidos. Una empresa israelí desarrollo un paracaídas diseñado especialmente para saltar, de una manera efectiva, desde los rascacielos.
Este original invento va dirigido a los miles de personas que viven o trabajan en edificios de altura y que, por alguna extraña circunstancia, necesitarían eventualmente saltar del edificio.
Este paracaídas se asegura al cuerpo, es para usar en casos de emergencia; no se necesita tener experiencia previa, ya que el aparato, se abre automáticamente en el momento en que su portador se lanza al vacío.
Y bueno; si es para usar en una ocasión extrema, lo más seguro es que no te dé tiempo a leer las instrucciones.