El relato de un amante de los vinos. A inicios del año 2001 orienté mi entusiasmo por el universo del vino en un plan de ingeniería. Una bodega industrial en la que empleaba los conocimientos alcanzados en construcción, instalaciones, termotecnia; electrotecnia, tecnología de la producción, química orgánica y microbiología enológica.
Un año después, con el objeto de mostrar un premio extraordinario, saludé bodegas en España, Portugal, Italia y Francia. Añadiendo así inolvidables prácticas que me ayudaron a comprender el amplio espectro que transige un vino; desde los medidas más técnicas del control del viñedo hasta los aspectos que intervienen en el proceso de toma de decisiones del consumidor.
En este perfil, en Bordeaux y Bourgogne, me llamó la atención el alto nivel de profesionalización, obediencia por la formación y profundo conocimiento que había en el sector de los distintos actores; y sus atribuciones profesionales, aspecto que confería una notable ventaja competitiva.
(También puedes leer: Reciclaje de pilas)
En mi relato reconozco que una gran parte de aquel galardón maravilloso de ingeniería se lo debo a todos aquellos profesionales del mundo del vino; viticultores, bodegueros y enólogos
Recalcando los españoles que me abrieron sus puertas, incluyendo catas técnicas, largas conversaciones e intensas reflexiones a pie de viña. Así pues, comparto los siguientes objetivos:
- Colocar en valor la desconocida profesión de enólogo.
- Comunicar al consumidor sobre la formación necesaria para ser enólogo. Ya que es frecuente encontrar en el sector a personas que aparentan ser enólogos; para obtener así una mayor credibilidad en sus ventas, catas, servicios, publicaciones, recomendaciones y/o formaciones.
- Ayudar al futuro estudiante, mostrando las distintas posibilidades. Con el objeto de que pueda distinguir entre formaciones solventes, regladas y con orientación científico-técnica; de otras basadas en la ambigüedad conceptual que encontramos con frecuencia en el actual «mercado» de la formación no reglada.
Sembrar una cultura del vino y la gastronomía, destacando la notable calidad del vino español.