El uso muy frecuente de los smartphones no indica una afición a los mismos como tal sino a las relaciones humanas. Así lo revela una investigación de la Universidad McGill.
Relaciones humanas y smartphones
Conforme este trabajo, es más fácil mitigar esa afición a las interrelaciones humanas que a la tecnología celular. A partir de ciertas normas prácticas posiblemente calificadas para moderar las interrelaciones con otras personas.
Un investigador explica que la intención de ver y supervisar al otro, como la de saberse vigilado y observado, está ligado a la naturaleza del ser humano.
También expone que el ser humano es un ente social distinto a otros entes, que requiere frecuentemente sobresalir. Asimismo, las interacciones sociales proveen a las personas una razón a sus vidas y metas por lograr.
La investigación expone que, las aplicaciones del Smartphone más sensibles de crear adicción coinciden en fomentar el anhelo humano de mantener nexos con seres allegados.
Determinan los investigadores el teléfono inteligente cubre un requerimiento de socialización innata y saludable. Pese a eso, por el acceso conectivo que permiten estas tecnologías, el circuito de recompensa del cerebro se acciona excesivamente.
Esa irregularidad es la que pudiese desencadenar una adicción.
La necesidad de socialización y de estimular el circuito de recompensa del cerebro a través de un Smartphone, asumido como mecanismo de interacción social, puede ser insano y llevar a una hipersocialización.
Proponen que en lugar de regular el ámbito tecnológico o uso de smartphones, preferiblemente es fomentar el uso ideal telefónico.
A nivel educativo, es un asunto del que padres y docentes deben responsabilizarse para impedir adicciones por tecnologías inteligentes.
Los expertos aconsejan consultar tener en cuenta que la adicción al móvil es un reflejo innato de relacionarse con otros.