Si una cosa ha evolucionado significativamente en el mundo de la informática, son los sistemas de almacenamiento. Recordemos que en sus inicios, el disco duro representaba un verdadero coloso en términos de tamaño físico, pero un enano en capacidad de almacenamiento. El IBM 350, lanzado en 1956 como parte del sistema IBM 305 RAMAC, pesaba alrededor de una tonelada y ofrecía apenas 5 MB de almacenamiento – una cantidad irrisoria comparada con los estándares actuales, donde ni siquiera una foto tomada desde un móvil de alta gama a máxima calidad cabría en ese espacio.
Esta evolución nos lleva desde los voluminosos y limitados discos duros magnéticos (HDD) hasta los modernos y compactos discos de estado sólido (SSD) y, más específicamente, a los SSD NVMe. Estos discos con su ausencia de partes móviles y su tecnología basada en memoria flash, redujeron notablemente su espacio físico necesario, e incrementaron mejoras significativas en cuanto a velocidad y fiabilidad.
Un mejor disco SSD no solo se limita a una mayor velocidad de lectura y escritura, sino que también implica una mayor durabilidad y menor consumo de energía.
En la actualidad, los discos NVMe, una evolución del formato SSD, están cambiado el juego. Gracias a su interfaz de alta velocidad, superan ampliamente las capacidades de los SSD SATA tradicionales. Por otro lado, han marcado otro salto cualitativo, ofreciendo velocidades aún más impresionantes. Lo más interesante de todo es que, no son exclusivos para ordenadores de escritorio y portátiles, sino que también han encontrado su camino en consolas de juegos de última generación, como la PlayStation 5, gracias a su capacidad para cargar juegos y datos a velocidades vertiginosas.
En este artículo, queremos exponer las ventajas de los discos SSD/NVMe frente a los HDD tradicionales. analizaremos cómo esta tecnología no solo es aplicable a sistemas de escritorio y portátiles, sino también a consolas de última generación.
¿Qué debemos saber sobre los discos SDD?
Los discos de estado sólido (SSD) emergieron como una revolución en el almacenamiento de datos, marcando un punto de inflexión en la informática alrededor de la década de 1990. A diferencia de los discos duros tradicionales (HDD), estos utilizan memoria flash para almacenar datos, lo que elimina las partes móviles y resulta en un acceso más rápido a la información.
Con el paso del tiempo, los discos en estado sólido han experimentado una notable evolución, integrando tecnologías avanzadas que incrementan su capacidad y velocidad. Uno de los avances más significativos es la introducción de los discos PCIe 4.0 / Gen4, que han elevado aún más las tasas de transferencia.
Estos discos, basados en la interfaz PCIe de cuarta generación, ofrecen velocidades de lectura y escritura sustancialmente mayores que las generaciones anteriores, posicionándolos como una elección principal para aplicaciones de alto rendimiento.
Características técnicas de los discos SSD actuales:
Característica | Descripción |
---|---|
Tipo de memoria | NAND Flash (TLC, QLC) |
Interfaz | SATA, NVMe (PCIe 3.0, PCIe 4.0 / Gen4) |
Velocidad de lectura | Hasta 7000 MB/s para PCIe 4.0 / Gen4 |
Velocidad de escritura | Hasta 5300 MB/s para PCIe 4.0 / Gen4 |
Capacidades disponibles | Desde 120GB hasta 8TB |
Durabilidad (TBW – Terabytes Written) | Varía, puede ser hasta 6000 TBW para modelos de alta gama |
Forma | 2.5″, M.2, mSATA, U.2 |
Consumo energético | Generalmente menor que los HDD |
Tiempo medio entre fallos (MTBF) | Hasta 1.5 millones de horas |
Cabe destacar que estas características pueden variar entre modelos y fabricantes, pero reflejan un avance tecnológico considerable en comparación con los discos duros tradicionales.